PERGAMINO DE UNA DANZARINA
Su corazón era como un guisante verde sin agua.
Su corazón se había encogido
para condensar en un punto mágico todas las sensaciones
y convertirlas en una pequeña Fuerza primitiva
que le haría volar.
LIBRE AL FIN
Su corazón se había encongido de ausencia, de incomprensión
para transformar toda esa energía en Libertad.
Soltar, dejar atrás, rendirse de nuevo al vacío,
encogerse hasta convertirse en semilla,
que con lágrimas de sal
cura las heridas.
Y volver a florecer;
expandiéndose con una fuerza renovada
expandiéndose con una fuerza renovada
que le permita Volar de Nuevo.
Por fin,
orgullosa de lo vivido,
contenta de lo aprendido.
Miró al horizonte,
abrió sus brazos,
cerró los ojos,
dió un salto al vacio.
Y...
VOLÓ
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