Hoy he podido revivir nuestro Hasta Luego,
sentirte en mi piel
y saber que siempre viajarás en mi alma de forma Perenne
Hasta en tu última bocanada de aire, transportabas la palabra Te quiero,
a cada una de las células de mi piel,
acariciando mi alma.
Luchasta contra tu destino,
para estar un segundo más con nosotros,
pese a que cuanto más se alargaba la agonía,
más te dolía.
Aún con tu cuerpo paralizado de tanta medicación,
nunca dejaste de mirarme, de enseñarme, de cuidarme,
y que pudimos jugar juntos hasta en el mínimo movimiento
sin perder mi esencia de niña.
E incluso en la quietud de tu cuerpo,
cuando La Muerte te vino a visitar,
tus ojos nunca dejarón de mirarme y acompañarme.
Muy a tu pesar te tuviste que ir,
y dejarme sola,
aunque tu mayor deseo era estar a mi lado
y que no me pasará lo mismo que a ti.
Pero... ¿ sabes? La Tragedía nos hizo grandes, Papa.
No te preocupes.
Mágicamente, antes de irte me enseñaste el secreto de la vida,
y éste quedó grabado de forma perenne en mis células:
Contigo aprendí la pabra lucha, la palabra amor, la palabra valentía, la palabra esperanza,
y la sonrisa siempre en la cara,
aún cuando el camino se vuelve oscuro.
Que la vida es un momento mágico
que hay que aprovechar
sembrando amor alrededor.
Y aquí estoy:
Disfrutando, riendo, soñando, luchando, amando, creando,
Fiel a mi ser:
A un ser que quiere ser feliz y hacer homenaje del regalo más bonito del mundo:
VIVIR.
GRACIAS POR TODO, GRACIAS POR SER TÚ.
P.D:
Tendrás unos nietos preciosos, que nunca olvidarán quién es su abuelo.
TE QUEREMOS PAPÁ